"Los océanos del mundo están en elevado riesgo de entrar en una fase de extinción de especies marinas sin precedentes en la historia de la humanidad".
A esta conclusión han llegado 27 científicos especialistas en vida marina, encargados por el IPSO (Programa Internacional sobre el Estado de los Océanos) de realizar un informe sobre la situación actual de todos los océanos del planeta. (web del IPSO).En este documento, presentado el 21/06/2011 ante el organismo de Naciones Unidas denominada UNICPOLOS (United Nations Informal Consultative Process on Oceans an the Law of the Sea), se afirma que existen "sólidas pruebas científicas" de que se están dando unas condiciones similares a las existentes en aquellos momentos de la historia de la Tierra en que se han producido grandes extinciones masivas (la última de las cuales ocurrió hace 65 m.a. y en la que desaparecieron, además de los famosos dinosaurios, más de la mitad de los vertebrados marinos).
Estos científicos consideran como causa de esta situación a los efectos combinados de distintas acciones humanas, principalmente la contaminación, el calentamiento global, la sobrepesca, pérdida de hábitats, acidificación y disminución del O2 en el agua.
El efecto conjunto de todas las acciones humanas sobre los océanos, es muy superior a la suma de los efectos de cada una, ya que la mayoría de ellas tienen un efecto potenciador sobre las demás.
Por esta razón, el ritmo de degradación de los ecosistemas marinos es mucho mayor de lo que se había pensado hasta la fecha.
La falta de O2 y el aumento de temperatura de las aguas, junto a gran cantidad de residuos orgánicos, están provocando la proliferación de ciertas algas que emiten cantidades ingentes de CO2 y asfixian zonas enteras de mar, rompiendo las cadenas tróficas y haciendo que prácticamente desaparezca la vida en ellas (éstas son las cada vez más frecuentes "zonas muertas" de océano). Si a esto se añaden las cantidades de Carbono que están siendo asimiladas por las aguas marinas debido a las emisiones humanas de CO2 (del orden de 55 millones de toneladas anuales), la situación puede considerarse más que preocupante, pues las condiciones son aún peores que las de la última gran extinción.
De este modo, las poblaciones marinas más sensibles, principalmente los arrecifes de coral, ya están sufriendo una mortandad sin precedentes, cifrándose hasta la fecha en un 20% de todos los corales del planeta muertos en la actualidad. No olvidemos que los arrecifes coralinos son probablemente los ecosistemas más ricos en biodiversidad de toda la Tierra.
Pero, además, las especies que son capturadas en la pesca comercial se estima que han visto reducidas sus poblaciones en un 90% por término medio (algunas especies, como el atún rojo y otras muchas, están al borde de la extinción).
En su informe, los científicos hacen un llamamiento a todas las naciones para tomar medidas urgentes ante esta catástrofe inminente. Proponen adoptar medidas de protección de los ecosistemas marinos, la mayoría de los cuales no se encuentran protegidos de ningún modo (sólo el 1% de los medios marinos tienen algún tipo de protección, lo que es claramente insuficiente).
Sin embargo, las medidas tienen que tener un carácter global, ya que la problemática que afecta a los océanos es consecuencia de la situación medioambiental de todo el planeta, acentuada por el hecho de que los mares actúan como "sumidero" de los residuos y no existe protección sobre ellos.
Es probable que, si no se adoptan medidas urgentes (y quizás aunque se adopten), veamos con nuestros propios ojos la muerte de los océanos.
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