
Esta nave es la sucesora de la sonda espacial "Galileo", que regresó del gran planeta gaseoso en 2003 y cuando llegue a Júpiter, en julio de 2016, realizará 30 órbitas alrededor de los polos durante un año, a una altitud de unos 5000 km sobre la superficie del planeta, durante las cuales funcionarán de forma automática una serie de instrumentos diseñados para estudiar la composición y el funcionamiento de Júpiter.
Entre los numerosos experimentos programados, destacan los que van destinados a determinar si este gran planeta gaseoso contiene o no un núcleo sólido hecho de metales pesados. También se calculará la cantidad de agua que contiene y se investigará el gran "lunar rojo" de Júpiter, que se supone es debido a una enorme tormenta gaseosa sobre la superficie del planeta, que se ha prolongado durante los últimos 300 años.
Las investigaciones planificadas también pretenden obtener información que permita avanzar en el conocimiento sobre el origen del sistema solar y el modo en que se formó Júpiter, ya que se supone que éste fue el primer planeta que se formó y orbitó alrededor del sol.

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