E. coli O104:H4 |
El 22 de mayo de 2011, Alemania informó a través del sistema de alertas sanitarias de la Comisión Europea (EWRS) de la detección de un aumento de casos de gastroenteritis hemorrágica y de síndrome hemolítico urémico en el norte del país.
Poco después ya se habían identificado más de 600 casos de "Síndrome Hemolítico Urémico" (SHU) y más de 1.500 casos de pacientes que no han desarrollado este síndrome pero han sufrido infección por la bacteria E. coli Enterohemorrágica (ECEH).
También se detectaron casos vinculados a este brote en otros 13 países, aunque siempre en personas que estuvieron en Alemania en el mes de mayo.
En la primera semana de junio ya se habían registrado 22 fallecimientos a causa de esta infección, lo que causó una importante alarma entre la población (finalmente, el número de muertes ascendió a 34).
Los análisis realizados por el Instituto Robert Koch para establecer el origen del brote apuntaron en un principio al consumo de ciertas verduras frescas (tomate, lechuga y pepinos), aunque sin descartar otras posibles causas.También se identificó el causante como una nueva variedad de la bacteria E. coli (en concreto, el serotipo O104:H4), especialmente virulenta, pues produce una toxina que daña los riñones y al mismo tiempo se fija muy bien en el intestino, por lo que se desarrolla con mayor rapidez y eficacia que cepas anteriores. Por eso, además de a la población de riesgo (ancianos, niños y enfermos), ha afectado gravemente a otras muchas personas.
La primera medida que tomaron las autoridades alemanas fue recomendar a la población abstenerse de consumir lechugas, tomates y pepinos frescos y, en caso de tomarlos, realizar una cocción previa para eliminar los gérmenes.
La afirmación por parte de la responsable de sanidad de Hamburgo (Cornelia Prüfer-Storcks) de que el Instituto de Higiene de Hamburgo había encontrado la bacteria causante del brote en pepinos de origen español dio lugar a la toma de medidas para bloquear la comercialización de este producto, además de causar un fuerte impacto en la población de toda Europa. De inmediato, muchos países bloquearon las importaciones y por todas partes se evitó consumir pepino de origen español. Esto se extendió rápidamente a otras verduras y frutas de nuestro país, causando fuertes pérdidas en el sector (estimadas en unos 200 millones de euros).
Los productores y el gobierno español exigieron pruebas científicas de tal afirmación y la Comisión Europea ordenó la realización de análisis completos. Estos demostraron que las muestras de E. coli observadas en los pepinos y otras verduras no correspondían a la variedad que había provocado la epidemia.
Pero el daño en el sector de las verduras y hortalizas españolas ya estaba hecho y el bloqueo de las importaciones y la reticencia de la población a consumir verduras y hortalizas procedentes de España continuó tiempo después.
Los productores solicitaron una indemnización por parte de Alemania para compensar el daño causado, aunque parece difícil que logren su propósito.
Finalmente, los estudios epidemiológicos llegaron a la conclusión de que el origen de la cepa virulenta de E. coli causante del brote epidémico estaba con toda probabilidad en los brotes germinados de varios tipos de semillas, principalmente de soja, producidos por una empresa de productos ecológicos de Uelzen (Baja Sajonia) y consumidos en su mayoría en restaurantes de Hamburgo, foco principal del brote.
La elevada capacidad de bacterias y virus para mutar y originar nuevas cepas más contagiosas es uno de los principales peligros sanitarios de la sociedad actual.
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