viernes, 21 de octubre de 2011

Premio Príncipe de Asturias de investigación científica y técnica 2011

Acaban de ser entregados los Premios Príncipe de Asturias 2011.
En el apartado de "Investigación científica y tecnológica" ha sido galardonados Joseph Altman, Arturo Álvarez-Buylla y Giacomo Rizzolatti, por el descubrimiento de la regeneración de las neuronas en cerebros adultos (proceso denominado "Neurogénesis") y las neuronas espejo.


Según se describe en el acta del jurado, los méritos de estos investigadores, por los cuales les ha sido concedido el galardón, son los siguientes:



Joseph Altman descubrió la neurogénesis en mamíferos adultos en los años 60, sugiriendo que las nuevas neuronas desempeñan un papel crucial en los procesos de la memoria y el aprendizaje. Este descubrimiento apoya el concepto de plasticidad cerebral.
Arturo Álvarez-Buylla identificó los mecanismos fundamentales inherentes a la neurogénesis y las células gliales como progenitoras de nuevas neuronas, así como la migración en cadena de estas últimas a diferentes zonas del cerebro. Abre asimismo nuevas pistas sobre el origen de los tumores cerebrales.
Giacomo Rizzolatti descubrió las neuronas espejo, que se activan no sólo durante la ejecución de una acción, sino también durante la observación de la misma, y que proporcionan un marco adecuado para la comprensión de los mecanismos subyacentes a la empatía emocional, imitación, comunicación y nuestro comportamiento social.
Estos descubrimientos tienen una importancia capital en el campo de la Neurobiología (cuyo pionero y mayor exponente mundial fue Santiago Ramón y Cajal), ya que se derriba uno de los grandes mitos de esta ciencia, que era la idea firmemente establecida de que las neuronas son células tan especializadas que no pueden regenerarse. Así, la pérdida de células nerviosas es irrecuperable y las enfermedades causadas por ello no pueden ser recuperadas.
Sin embargo, este descubrimiento abre las puertas al desarrollo de tratamientos para en
fermedades causadas por daños cerebrales o muerte de neuronas, como el Alzheimer o el Parkinson, así como nuevas vías de estudio del cerebro y de ciertas anomalías psíquicas, como el autismo. Como ha dicho el propio Álvarez-Buylla, se trata de una verdadera revolución conceptual en el campo de la Neurobiología).
Un nuevo gran avance en la ciencia, que rompe viejos moldes y nos hará cambiar nuestra forma de estudiar y entender el tejido nervioso y su funcionamiento.
Y un merecido reconocimiento a estos investigadores, el más preciado galardón tras el Nobel.

El discurso de Álvarez-Buylla en la entrega del premio resume de forma muy clara e interesante este gran descubrimiento ("tenemos mucho, muchísimo, que aprender de otros organismos y de nosotros mismos"):

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