La isla de El Hierro (Canarias, provincia de Tenerife) ha entrado en situación de alerta amarilla por riesgo de erupción volcánica.
Las autoridades han tomado esta decisión tras la secuencia de numerosos seísmos de baja intensidad que se están produciendo a diario desde el 19 de julio.
Desde mediados de julio, los sismógrafos del Instituto Geográfico Nacional (IGN) están detectando una actividad geológica inusual bajo El Hierro, hasta tal punto que se han registrado más de 7.500 movimientos sísmicos, aunque solo algunos de ellos han alcanzado los 3 grados de magnitud en la escala de Richter.
En los últimos días, científicos del IGN se están reuniendo en sesiones informativas con los habitantes de la isla para contarles de primera mano cómo evoluciona la situación, mientras que técnicos del centro de coordinación de emergencias del Cabildo herreño dan instrucciones sobre cómo debe actuar la población ante los frecuentes temblores que se están produciendo, principalmente en el caso de que aumente su magnitud. Igualmente, se están diseñando los planes de actuación inmediata para el caso de que la alerta pasara al nivel rojo, lo que significaría que la erupción es inminente e implicaría la evacuación de las zonas más cercanas al lugar de la erupción.
Vulcanólogos canarios y del CSIC afirman que este periodo de fuerte actividad sísmica no necesariamente acabará en una erupción ahora, valorando en un 20% la probabilidad de que se produzca una erupción (aunque los mismos científicos indican que esta cifra puede variar en días debido a los cambios que puedan producirse en la actividad geológica de la isla).
No se puede predecir cómo se comportará el magma, ya que la ciencia de la Vulcanología aún no ha llegado a conocer lo suficiente sobre el interior de la Tierra como para realizar previsiones a medio plazo con cierto grado de fiabilidad.
Si la presión del magma acumulado en el interior de la isla sigue aumentando, acabará ascendiendo hasta la superficie y generará un proceso eruptivo.
En estos momentos la mayoría de los seísmos bajo la isla se están produciendo a una profundidad de entre 8 y 18 kilómetros, aunque algunos han sido más cercanos a la superficie. Además, se ha registrado también un desplazamiento de 2 cm en horizontal de todo el complejo geológico insular, así como un abombamiento vertical de la isla.
Esto indica que el sistema está empezando a volverse inestable, pero no es posible predecir si acabará originando una erupción.
La escasez de datos históricos y la imposibilidad de medir de forma rigurosa la composición y actividad del magma, hacen que no sea posible saber si se producirá una erupción en El Hierro o simplemente se trata de un periodo de mayor actividad que entra dentro de lo normal en una isla volcánica. Lo que sí se sabe es que si el magma llegase a ascender hasta sólo unos 3 km de profundidad, sería casi seguro que acabaría fracturando la superficie y saliendo al exterior.
En poco tiempo sabremos en qué acaba esta fase de gran actividad magmática.
La última erupción volcánica ocurrida en Canarias fue en 1971, cuando el volcán Teneguía estuvo expulsando magma durante un mes.
Video: la erupción del Teneguía
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