domingo, 6 de octubre de 2013

¿Un animal que hace la fotosíntesis?


Increíble, pero cierto. Una especie de babosa, de color verde, naturalmente, realiza la fotosíntesis, como si de un alga o una planta se tratara...

Esta babosa marina, de nombre científico Elysia chlorotica, puede representar un increíble paso adelante en la evolución de los animales.


Elysia chlorotica es un molusco gasterópodo (babosas y caracoles) que pertenece al grupo de los "Nudibranquios" (babosas marinas con branquias extrenas, sin protección) y vive en aguas de las costas atlánticas de Norteamérica.

File:Elysia chlorotica (1).jpg
Fuente: commons.wikimedia.org
Su cuerpo, de unos 4-5 cm de longitud, presenta un aspecto aplanado debido a los ensanchamientos laterales a modo de alas, que utilizada para nadar.

Si olvidamos la cabeza, si observamos este molusco desde arriba, cuando está en reposo, tiene un aspecto sospechosamente parecido al de una hoja, con un color verde intenso e incluso "nervios".

¿Dónde está el truco?

Desde que comenzó a ser estudiada la especie, por científicos de la Universidad de Maine (USA), en 1987, se ha estado intentando descifrar el original mecanismo por el que este animal es capaz de hacer la fotosíntesis como un alga o una planta.

Hace pocos años, se descubrió que esta babosa se alimenta de algas verdes durante su primera fase de desarrollo y, a medida que crece, va tomando su color verde característico. Cuando su cuerpo es totalmente verde, deja de comer algas y ya no volverá a tomar alimento el resto de su vida, pues obtiene sus nutrientes gracias a la fotosíntesis.

El truco está en que al digerir las algas, es capaz de separar los cloroplastos de éstas, sin destruirlos (aún no se conoce exactamente cómo lo consigue) e incorporarlos a sus propios tejidos, de manera que estos orgánulos, que contienen clorofila y en los cuales se lleva a cabo la fotosíntesis, quedan incluidos en el organismo de la babosa y siguen funcionando igual que cuando se encontraban en las algas de las que se alimentó.
Esto es bastante extraño, pues lo normal es que los cloroplastos, fuera de su célula, duren muy poco tiempo, ya que su funcionamiento es debido a un larga serie de enzimas que son fabricadas en los ribosomas. Al carecer de estas enzimas, un cloroplasto no podría mantenerse activo.
Sin embargo, la babosa consigue que lo hagan. ¿Cómo?.

Análisis genéticos de la babosa y alguna de las algas de las que se alimentan con preferencia, han demostrado que, además de los cloroplastos, la babosa también incorpora algunos genes del alga a su material genético, justamente los que necesita para mantener activos los cloroplastos y que realicen la fotosíntesis.
Este curioso proceso se denomina "transferencia horizontal de genes", algo conocido en bacterias pero muy raro en plantas y animales; y, desde luego, aún más extraño al tratarse de una transferencia entre un alga y un animal. Además, estos genes acaban transmitiéndose a las siguientes generaciones de babosas.

En resumen, un caso extraordinario de adaptación al medio y evolución, del que aún se desconocen muchos detalles, como los mecanismos por los cuales la babosa consigue no digerir los cloroplastos y los genes que le resultan útiles o por qué su sistema inmunitario no destruye esos genes extraños y les permite incorporarse a su material genético.

Fuente: seaslugforum.net

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