viernes, 17 de febrero de 2012

Es tiempo de grandes tormentas solares

Entre mediados de 2012 y principios de 2013 el sol va a entrar en una fase de máxima actividad.

Los estudios científicos sobre la actividad solar establecen que el sol presenta ciclos de unos 11 años, en los cuales pasa desde un mínimo hasta el máximo de actividad energética.
Cuando se alcanza la fase de máxima actividad se producen las mayores tormentas o llamaradas solares. Desde principios de año se están registrando tormentas solares especialmente intensas y se espera que hacia finales de año se produzcan algunas mucho mayores.

Las tormentas solares son violentas explosiones que se producen en la atmósfera del sol, como consecuencia de los cambios en los enormes campos magnéticos solares, que proporcionan una cantidad de energía anormalmente alta a los gases, provocando explosiones de las partículas que los componen, que dan lugar a intensas llamaradas cargadas de  calor y radiación.
Los gases de la atmósfera solar se calientan hasta alcanzar temperaturas superiores a diez millones de grados. Esta altísima temperatura acelera las partículas, principalmente protones y electrones, que llegan a alcanzar velocidades próximas a la de la luz y originan una intensa radiación electromagnética de todas las longitudes de onda posibles.
Así, se emite radiación de todos los tipos contenidos en el espectro electromagnético, desde las menos energéticas (ondas de radio) hasta las de mayor energía (rayos gamma).

Estas llamaradas forman nubes de radiación que son expulsadas hacia el espacio y llegan a la Tierra, aunque no causan daños debido a que nuestro planeta está protegido por su propio campo magnético (producido por el giro del núcleo externo líquido en torno al núcleo interno sólido), que desvía dicha radiación.

Aurora boreal
Cuando nubes radiactivas de cierta intensidad chocan con el campo magnético terrestre se producen las auroras boreales, que son fenómenos luminosos atmosféricos originados por la interacción de las partículas cargadas eléctricamente, procedentes del sol, con los átomos de oxígeno y nitrógeno de la atmósfera.

Las tormentas solares especialmente intensas pueden llegar a afectar a los satélites espaciales e incluso pueden llegar a alterar todo aquello que utilice campos magnéticos o electricidad. Es decir, todo tipo de aparatos electrónicos y, sobre todo, los sistemas de comunicaciones.

Por esta razón, se están estudiando los posibles efectos que pueden tener las fuertes llamaradas que se esperan en los próximos meses sobre dichos sistemas, que constituyen buena parte de la base del funcionamiento de nuestra sociedad actual.
Es posible que en algunos momentos se vean afectados el suministro eléctrico y todo tipo de sistemas de telecomunicación, que dependen de los satélites, como la telefonía móvil o los modernos sistemas de navegación de aviones y barcos, sin olvidar los GPSs. Igualmente, podrían verse afectadas las radiocomunicaciones y las centrales de energía.
Sin embargo, este tipo de fenómenos no produce ningún daño a las personas. Es decir, que es posible que en ciertos momentos veamos cómo nuestro móvil no funciona, no podemos conectar a internet o se corta el suministro eléctrico, con todos los trastornos que ello conlleva, pero poco más.
Por el contrario, existe la posibilidad de que lleguemos a ver hermosas auroras boreales, si las llamaradas solares son los suficientemente fuertes, un espectáculo que sería inolvidable.

Por cierto, no podían faltar los avisos de los agoreros: resulta que las mayores tormentas solares se esperan para finales de este año, que es el famoso 2012, en el que se supone que se acabará el mundo. Así que próximamente empezaremos a oír otra vez los mensajes de alarma típicos de estos casos.

La película "El núcleo" presenta como inicio de su argumento que el núcleo se ha detenido y esto hará desaparecer el campo magnético terrestre, con lo cual las radiaciones solares no serán desviadas y eso acabará con la vida en la Tierra.
En este fragmento del principio se explica la situación:


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